En el fin del Camino

Mientras yo disfrutaba de lo lindo en el concierto de Jean Michel Jarre, Beagle aprovechó para pasar allí unos días. Su primera parada fue la Catedral de Santiago de Compostela, entre peregrinos felices de terminar su ruta.
Este enorme comenzó a construirse en 1075, tras ser destruido el original, y su construcción finalizó hacia el 1128. Cosntrucción necesaria para albergar a los miles de peregrinos que acudían a la ciudad a venerar los restos del apóstol Santiago, su tamaño resulta espectacular. Posee una planta de cruz latina con un crucero de casi setenta metros. Aunque su estilo original es románico (no hay más que ver su magnífico Pórtico de la Gloria, en la entrada del Obradoiro), posee añadidos posteriores de estilo gótico y barroco. De este último destaca la Fachada del Obradoiro, que se construyó como cortina para proteger el Pórtico de la Gloria.
El resto de fachadas exteriores también son posteriores, de estilo gótico, con el objetivo de embellecer el templo e impresionar a los visitantes que se acerquen a él.
Su interior, además de ser escenario del famoso balanceo del botafumeiro (incensario utilizado originalmente para contrarrestar el olor corporal de los peregrinos), posee los restos de varios reyes, como Fernando II de León o la reina Berenguela. Además, tras su altar se encuentra el sepulcro del apóstol Santiago, sobre cuyos restos se encuentra su estatua, que millones de peregrinos abrazan cada año, siguiendo la tradición.
Un edificio espectacular, que no debe dejar de visitar todo aquel que se acerque a Santiago, sin importar las colas que haya que hacer para ello.