Jaque VII

La siguiente pieza de la que toca hablar es el alfil. Cada jugador posee dos alfiles escoltando al rey y la reina. Los alfiles blancos en las casillas c1 y f1, y los negros en c8 y f8.
En cuanto a su movimiento, pueden avanzar en diagonal, tantas casillas como se desee (sin pasar por encima de otras) y como cada uno de los dos alfiles está en un color, se pueden controlar las 64 casillas del tablero con ellos.
En el chaturanga, el alfil era un elefante con movimientos más restringidos que en la actualidad, y cuando el ajedrez fue introducido en Persia, adquirió el nombre de Pil. Posteriormente, su nombre evolucionó a Fil, o Al-fil, que significa "el elefante".
Cuando el ajedrez llegó a Europa, los italianos identificaron al alfil como un "portaestandarte", y los franceses, al confundir la cabeza del elefante con un gorro, tomaron esta pieza por un bufón. En Alemania y Países Bajos, el alfil fue denominado "corredor", y en países de influencia vikinga se convirtió en el "obispo", debido a que la cabeza del elefante se parecía a una mitra, y a que se situaba a la derecha del rey, lugar de los altos dignatarios eclesiásticos. Y en siglo XV, ya considerado un obispo, aumentó su capacidad de movimientos a toda la diagonal, pero sin poder saltar a otras piezas.