Y Europa se convirtió en una ratonera

Hace tiempo me leí la novela gráfica Maus: relato de un superviviente, de Art Spiegelman. Se trata de una emocionante historia que cuenta la vida del padre del autor durante la Segunda Guerra Mundial. A lo largo del libro, Vladek Spiegelman, narra a su hijo cómo se las ingenió para sobrevivir siendo judío en su Polonia natal, durante la invasión de los nazis, así como la distinta suerte que corrieron algunos de sus familiares y amigos. El autor presenta una obra ingeniosa por dos motivos diferentes: en primer lugar, recoge el momento de elaboración de la obra, representando las entrevistas con su padre y anécdotas surgidas en su proceso, intercaladas con la historia contada por Vladek; y en segundo lugar, por la peculiaridad de los personajes que aparecen; los judíos tienen cabeza de ratón; los alemanes, de gato; los polacos, de cerdo...
En 1992, Maus ganó el premio Pulitzer. Un galardón bien merecido, por una historia sobrecogedora, que intercala de forma magistral los momentos más escabrosos del Holocausto con pequeñas dosis de humor.