Una ciudad bajo el cielo

"La «última región salvaje» de la Tierra era un infierno inhóspito y helado, pensó, un mundo en el que el hombre jamás tendría cabida. Drake empezó a ejecutar movimientos rápidos para entrar en calor. Sentía que la presión aumentaba en su vejiga. El Tratado Antártico disponía una serie de protocolos muy estrictos en materia de protección medioambiental que se resumían en la norma: «No arrojar nada al medio ambiente». Y eso incluía mear en el hielo. Esos pirados amantes de la naturaleza de la Fundación Nacional para las Ciencias le habían advertido que el impacto del nitrógeno sobre el medio ambiente podía durar miles de años. Para evitarlo, se suponía que debía abrir sus paquetes de comida racionada y utilizar las bolsas a modo de orinal. Por desgracia, no tenía por costumbre llevar comida durante las patrullas de reconocimiento."

Hace algunos días cayó en mis manos el libro El resurgir de la Atlántida, de Thomas Greanias. Cuenta la historia de una expedición científica en la Antártida, que investiga una serie de terremotos en la zona. Uno de estos seísmos provoca la aparición de unas ruinas bajo la superficie, que resultan ser una civilización antigua, formada por una enorme ciudad con cientos de seres conservados bajo el hielo. Por ello, el arqueólogo Conrad Yeats es enviado a la zona por el ejército de Estados Unidos para realizar una investigación en profundidad, mientras que el Vaticano ordena ir allí a Serena Serghetti, una activista que acompañará a Yeats a las profundidades del continente helado, donde descubrirán una civilización muy avanzada tecnológicamente, pero de más de 12000 años de antigüedad.
Aunque la acción del libro es muy trepidante, su historia es demasiado fantástica, y la supuesta Atlántida tiene unas proporciones que escapan a toda lógica. No obstante, es un libro bastante interesante