¿Cómo puede la ascendencia de Marte en el momento de mi nacimiento influir sobre mí, ni entonces, ni ahora? Yo nací en una habitación cerrada; la luz de Marte no podía entrar. La única influencia de Marte que podía afectarme era su gravitación. Sin embargo, la influencia gravitatoria del tocólogo era mucho mayor que la influencia gravitatoria de Marte. Marte tiene mayor masa, pero el tocólogo estaba mucho más cerca."

Carl Sagan en La armonía de los mundos.

24 enero 2011

Comida rápida. Muy rápida


Voy a saltarme la cuarentena que sufre este blog cada vez que hay exámenes para hablar de un videojuego que, a pesar de datar de 1982 (anticuadillo, como a mí me gustan), descubrí hace tan sólo un par de días.
Se trata de Burgertime, un juego de la Data East Corporation para DECO Cassette System conocido en España como La hora de las hamburguesas; aunque antes de salir de Japón era conocido como Hamburger.
Hay que reconocer que no es nada facil superar los niveles que lo componen. El protagonista, un simpático cocinero, debe componer una hamburguesas pasando sobre los ingredientes que las componen: pan, carne, tomate, lechuga y queso (aunque en la versión que he probado yo sólo hay pan, carne y lechuga). Para ello, debe recorrer las escaleras y plataformas situadas a diferentes alturas sobre las que descansan dichos ingredientes.
Hasta aquí todo es fácil, si no fuese porque el pobre chef es acosado por salchichas y huevos fritos muy inteligentes (lo de "muy inteligentes" no lo digo en broma. Saben cómo y por dónde atacar).
La popularidad de este juego hizo que se desarrollasen versiones posteriores para Apple II, Atari 2600, Coleco Vision, MS-Dos, NES, Game Boy y hasta teléfono móvil. Incluso aparecieron secuelas de Burgertime, como Peter Pepper's Ice Cream Factory y Super Burgertime.
Extremadamente entretenido y adictivo. Para que luego hablen mal de los juegos abandonware...

1 comentarios:

Sakrow dijo...

Puedo decir que he jugado y que es entretenido como el solo, y difícil como ninguno.

Tu habilidad para sobrevivir tiene que evolucionar exponencialmente.