Seguimos hablando de la serie de Carl Sagan. La cuarta entrega, titulada Cielo e infierno, está dedicada a los cuerpos que pueblan nuestro Universo. Para empezar, se narra el acontecimiento que tuvo lugar en la región siberiana de Tunguska a principios del siglo XX, para así introducirnos al mundo de los cometas y meteoritos, con sus características más importantes y repercusiones sobre nuestro planeta. Tras ello, Carl Sagan nos conduce hacia nuestro planeta vecino, Venus, para descubrirnos que ese lucero, que se nos antojaba apacible e incluso habitable, es un verdadero infierno de altísimas presiones y temperaturas, con una atmósfera tóxica y corrosiva. Con este ejemplo, Sagan advierte de los peligros del efecto invernadero, sacando su lado ecologista y comprometido con el futuro de nuestro planeta, al describir las causas y consecuencias de este fenómeno, que puede resultar terrible si se nos escapa de las manos.
Otra pequeña joya que añadir a la colección de capítulos de Cosmos, un viaje personal.
¿Cómo puede la ascendencia de Marte en el momento de mi nacimiento influir sobre mí, ni entonces, ni ahora? Yo nací en una habitación cerrada; la luz de Marte no podía entrar. La única influencia de Marte que podía afectarme era su gravitación. Sin embargo, la influencia gravitatoria del tocólogo era mucho mayor que la influencia gravitatoria de Marte. Marte tiene mayor masa, pero el tocólogo estaba mucho más cerca."
Carl Sagan en La armonía de los mundos.
09 agosto 2010
Somos polvo de estrellas (V)
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