¿Cómo puede la ascendencia de Marte en el momento de mi nacimiento influir sobre mí, ni entonces, ni ahora? Yo nací en una habitación cerrada; la luz de Marte no podía entrar. La única influencia de Marte que podía afectarme era su gravitación. Sin embargo, la influencia gravitatoria del tocólogo era mucho mayor que la influencia gravitatoria de Marte. Marte tiene mayor masa, pero el tocólogo estaba mucho más cerca."

Carl Sagan en La armonía de los mundos.

06 septiembre 2009

El débil Führer


Acabo de ver un interesante documental titulado High Hitler que comenta aspectos poco conocidos del dictador. Según dicho documental, la imagen poderosa que proyectaba Adolf Hitler no representaba su estado real, pues sus últimos años de vida se caracterizaron por la adicción a multitud de medicamentos y el padecimiento de diversas enfermedades.
Antes de la guerra, Hitler sufría de estreñimiento y gases. Por ello, y por querer mantener una figura atlética, tomaba abundantes laxantes, pero también ingería calmantes, los cuales provocaban el efecto contrario al de los laxantes y dañaban su estómago. Además, una vez comenzada la II Guerra Mundial, el doctor Theodor Morell (en la imagen), médico personal de Hitler, comenzó a administrar al dictador dosis diarias de un complejo llamado vitamultin, el cual se componía de vitaminas y anfetaminas, junto con pastillas para la flatulencia que contenían estricnina y belladona. Así como multitud de preparados vigorizantes que poseían componentes experimentales, como testículos de toro triturados o excrementos humanos. Hitler comenzó a experimentar adicción al vitamultin, debido a su efecto revitalizante y la anfetamina que poseía. Sin embargo, la medicación le producía una excitabilidad excesiva (lo cual, según el documental, pudo provocar su tozudez ante el sitio de Stalingrado), y comenzó a degenerar sus neuronas, puesto que la anfetamina podría estar adulterada. Aparecieron entonces los temblores en las manos y piernas del dictador, quien adquirió al mismo tiempo una postura encorvada. También comenzó a arrastrar los pies al andar. Estos síntomas podrían ser los de la enfermedad de Parkinson, y su inestabilidad y debilidad mental pudieron provocar que Hitler comenzase a responder con dificultades a los acontecimientos bélicos (como por ejemplo, al desembarco de Normandía).
Para terminar, el vídeo analiza el hecho de que Hitler confiase ciegamente en el doctor Morell, quien a su vez era odiado por el círculo del dictador y el resto de médicos. La respuesta a este interrogante está en que Morell era experto en el tratamiento de la sífilis, enfermedad que podría haber padecido Hitler según informes médicos y diarios de personajes cercanos a él. En definitiva, es curioso descubrir cómo una persona responsable de la muerte de millones de seres humanos que se basaba en la pureza racial para justificar estas atrocidades, no era más que un enfermo físico y mental, un anciano de 56 años.

1 comentarios:

Punkarra dijo...

Están interesantes los textos de la segunda guerra mundial. Espero leer mas pronto.