Llegando al mar

Beagle continúa con su viaje hasta el mar, y ha llegado por fin a la costa (después de su parada en Frómista). Concretamente se encuentra en Llanes, un pueblo asturiano conocido en la Edad Media como Puebla del Aguilar.
Al tratarse de una villa turística, no es de extrañar encontrarse Llanes con sus calles repletas de gente, sorteando un tráfico que puede llegar a ser caótico. Sin embargo, las calles más apartadas del pueblo ofrecen una imagen totalmente distinta. Posee varias casas indianas (edificadas por aquellos que volvían de América con mucho más dinero que cuando se habían ido), entre las que destaca el propio Casino de Llanes. También son de visita obligada la Basílica de Santa María de Concejo, el Palacio del Conde de la Vega de Sella y el Palacio de El Cercado. Al igual que la mayoría de poblaciones que miran al mar, Llanes posee un pintoresco faro, pero la mayor atracción que hoy en día ofrece este pueblo partido en dos por el río Carrocedo se encuentra en su puerto. Hace ocho años, el pintor Agustín Ibarrola comenzó a decorar los bloques de hormigón que componen el rompeolas, dando lugar a una curiosa obra titulada Los cubos de la memoria. La obra se puede ver en la imagen que acompaña a este artículo, aunque para verla mejor, es preferible acercarse a Llanes.