He perdido mi cerebro

Los Monty Python ya han aparecido en este blog (y no una vez, sino dos), y tengo que volver a hablar de este fantástico grupo cómico, pues el otro día, echando una ojeada a mi colección de revistas del Pequeño País, me encontré con un artículo que hablaba del videojuego del Monty Python's Flying Circus. La revista es del 30 de marzo de 1991, y en dicho artículo ofrece información interesante: el juego, programado por Core Design, comercializado por Virgin Games y distribuido por MCM, tenía versiones para los ordenadores Spectrum, Amstrad y Commodore, con un precio de 1200 pesetas en cinta y 2250 pesetas en disco; para PC, Atari y Amiga, su precio era de 2250 pesetas.
Pero lo mejor es la descripción del juego: el protagonista, D.P. Gumby, acude a su psicoanalista Enid Gumby, como día en los últimos 15 años. Allí, durante la consulta, se queda dormido, y despierta una hora después libre de preocupaciones, pues su cerebro ha huido durante el sueño. Poco después, un físico biomolecular "vestido de gurú y que aplicaba provechosamente sus conocimientos en el arte de la peluquería de señoras" cuenta por televisión que los cerebros tienden a refugiarse en una mente colectiva que "odia el pescado y adora la mortadela". El protagonista deberá dejar de pensar y negar todo lo que oiga de forma sistemática para entrar en esa gran mente, "armado con cantidades ingentes de peces de colores y dispuesto a apoderarse de todas las latas de mortadela que encuentre para canjearlas por su cerebro desaparecido".
Además de esta alocada descripción, el artículo incluye un truco para no perder vidas, y un cargador del juego para Spectrum.