¿Fuego contra el fuego?

Un grupo de científicos, por iniciativa del Instituto de Estudios Ambientales del Amazonas (IPAM) le está prendiendo fuego a la Amazonia. Pero no hay que asustarse (de momento). Están llevando a cabo estas actividades para analizar el impacto del fuego en la vegetación y el suelo, y su evolución cuando dichos incendios se suceden varias veces. Esta prueba, que comenzó en 2004 bajo el nombre de Experimento de Sabanización, consiste en dividir en tres partes iguales una parcela de selva de 150 hectáreas de superficie. El primer bloque se incendia anualmente, el segundo cada tres años, y el último se deja intacto. Esto ha permitido comprobar cómo el suelo agota su fertilidad con cada nuevo incendio, dando lugar a árboles más débiles y a un importante descenso de población animal en la zona.