Jaque (VI)

Tras haber explicado la posición y los movimientos de la torre, le toca el turno al caballo. Ésta es, posiblemente, la pieza más peculiar del juego, debido a su curioso movimiento en forma de L y a que es la única que puede pasar sobre otras piezas durante su jugada.
Al comienzo de la partida, los caballos blancos se sitúan en las casillas b1 y g1, mientras que los caballos negros lo hacen sobre b8 y g8. Como ya se ha dicho, su movimiento tiene forma de L, es decir, realiza una jugada compuesta por dos movimientos: uno de una casilla hacia delante, detrás, derecha o izquierda y otro de dos casillas describiendo un ángulo recto (o primero un desplazamiento de dos casillas y a continuación otro de una casilla). Así, un caballo alejado de los extremos del tablero puede llegar a situarse sobre 8 casillas diferentes. El problema es que para poder desplazarse por el tablero, el caballo necesita muchos movimientos, convirtiéndose en una presa fácil de los peones enemigos. Sin embargo, posee el privilegio de poder amenazar a la reina sin entrar en su línea de ataque.
Una última curiosidad, que puede resultar muy útil tener en cuenta durante el transcurso de una partida, es que el caballo que se sitúa sobre una casilla blanca, caerá siempre sobre una negra, y viceversa.