¿Cómo puede la ascendencia de Marte en el momento de mi nacimiento influir sobre mí, ni entonces, ni ahora? Yo nací en una habitación cerrada; la luz de Marte no podía entrar. La única influencia de Marte que podía afectarme era su gravitación. Sin embargo, la influencia gravitatoria del tocólogo era mucho mayor que la influencia gravitatoria de Marte. Marte tiene mayor masa, pero el tocólogo estaba mucho más cerca."

Carl Sagan en La armonía de los mundos.

07 mayo 2009

Gran badabum


En la primavera de 1883, los habitantes de Yakarta (Indonesia), se sobresaltaron al escuchar unas fuertes explosiones. Y es que a 150 kilómetros al oeste, un monstruo estaba despertando...
En junio de ese mismo año, comenzó la erupción del volcán Krakatoa. Se produjeron intensas mareas y la ceniza expulsada por el cráter alcanzó los 6000 metros de altura. Pero la mayor actividad tuvo lugar el 26 de agosto: la ceniza alcanzó los 27 kilómetros de altura, y en un radio de 20 kilómetros se recogieron trozos de roca caliente procedente del volcán que tenían hasta 10 centímetros de diámetro. Mientras tanto, llegaban olas gigates a Java y Sumatra (a 40 kilómetros del volcán).
Ese día el volcán explotó cuatro veces, siendo la última de ellas la mayor explosión. Su estruendo (el mayor sonido registrado en la historia) se pudo oír a casi 5000 kilómetros de distancia, y provocó la sordera de todos aquellos que se encontraban a menos de 40 kilómetros de la isla, y la ceniza del volcán llegó a los 80 kilómetros de altura. El agua del mar cercana comenzó a hervir, al tiempo que olas de 40 metros de altura arrasaban más de 150 aldeas, llevándose la vida de 36000 personas. Esta explosión tuvo una fuerza de 200 megatones (10000 veces más fuerte que la bomba atómica de Hiroshima), y todo el mundo sufrió las consecuencias.
La onda expansiva dio la vuelta al mundo 7 veces, y la ceniza oscureció el cielo durante meses, dando lugar a puestas de sol de un rojo brillante en todo el mundo. Según se cree, el pintor Edvard Munch encontró inspiración para su obra El grito al contemplar uno de estos atardeceres...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Menudo es el poder de la naturaleza!