El pequeño basurero

El otro día vi una película realmente buena. Se trata de Wall·e, la última producción de Pixar, dirigida por Andrew Stanton.
El argumento asusta un poco, la verdad: en el futuro, la Tierra ha sido abandonada por los seres humanos, quienes viven en una gigante nave espacial. Su forma de vida es bastante patética, ya que todo lo hacen desde un sillón, y se han convertido en unos seres perezosos y excesivamente consumistas. Mientras tanto, un batallón de robots se encarga de limpiar el planeta, lleno de suciedad generada por los humanos. Wall·e es uno de estos robots, y cuando ve llegar a Eva (un robot encargado de buscar vida), se enamora de ella, llegando a hacer auténticas locuras por llamar su atención.
Merece la pena verla, al menos por dos razones. La primera es que lanza un clarísimo mensaje sobre lo que los humanos estamos haciendo mal, criticando el consumismo y una forma de vida perjudicial para nosotros mismos y para nuestro planeta. La segunda razón es que en Estados Unidos se ha acusado a la película de lanzar propaganda comunista y se ha pedido a la población que se abstenga de verla, a modo de boicot. Razón más que suficiente para hacer todo lo contrario...