¿Cómo puede la ascendencia de Marte en el momento de mi nacimiento influir sobre mí, ni entonces, ni ahora? Yo nací en una habitación cerrada; la luz de Marte no podía entrar. La única influencia de Marte que podía afectarme era su gravitación. Sin embargo, la influencia gravitatoria del tocólogo era mucho mayor que la influencia gravitatoria de Marte. Marte tiene mayor masa, pero el tocólogo estaba mucho más cerca."

Carl Sagan en La armonía de los mundos.

27 diciembre 2010

Páginas de futuro (I)


Acabo de embarcarme en una gran aventura, dirigida por uno de mis escritores favoritos. Digo esto porque acabo de leerme Preludio a la Fundación, de Isaac Asimov. Para quien no esté familiarizado con el autor, se trata del que, posiblemente, sea el más prolífico entre los escritores de ciencia ficción. Y para quien no esté familiarizado con su obra (aunque en este blog ya se ha comentado alguna de sus creaciones), vamos a tener tiempo más que de sobra para conocerla, puesto que, si hoy mismo he terminado con esta primera parte de la Saga de la Fundación, me falta tiempo para correr a la biblioteca a por la segunda parte.
De momento, nos conformaremos por este Preludio, protagonizado por Hari Seldon, un matemático que teoriza acerca de un curioso (y potencialmente poderoso) concepto al que bautiza con el nombre de psicohistoria y que, de desarrollarse, puede ser la clave para conocer el futuro. Algo así no tarda en interesar a los más poderosos de Trantor, el planeta donde Hari da su conferencia, lo que hará que, desde el propio Emperador, Cleón I, hasta poderosos rebeldes de lugares tercermundistas, se interesen por el matemático, dando lugar a una historia vertiginosa en la que se dan cita muchos y variados personajes: Dors Venabili, la historiadora, Chetter Hummin, el influyente periodista, Raych, un chiquillo desarrapado, o Eto Demerzel, siervo manipulador del Emperador. Todo en un ambiente futurista típico del gran Asimov.
Un buen comienzo para la que, de momento, promete ser una buena historia.

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