Todos iguales

Existen muchas dudas sobre cuál es el navegador más adecuado para ver páginas web. Hay quien dice que el Internet Explorer de Microsoft es mejor porque está más extendido entre los internautas y es más manejable. Otros se decantan por el Firefox de Mozilla, alegando que "nunca se cuelga". Además, la oferta se completa con navegadores como Netscape o Safari.
Algunas veces, el problema no reside en la elección de un buen navegador, sino en la compatibilidad entre ellos. Lo que quiero decir es que hay muchas páginas web que se pueden visualizar perfectamente con Explorer, pero que ni siquiera se pueden cargar con Firefox (por poner un ejemplo). Esto es debido a la forma en la que el programador escribe el código de dicha página, puesto que hay algunas partes, sobre todo relacionadas con el estilo, que algunos navegadores interpretan, y otros no. Por ejemplo, Explorer posee un código exclusivo que permite ver la barra de scroll con colores personalizados.
Para solucionar este problema (y todos los problemas de compatibilidad y accesibilidad que se puedan dar), se creó en 1994 el w3c, o World Wide Web Consortium, encargado de dictar unos estándares para que los navegadores se guíen y unifiquen sus patrones. Así, se logra evitar que las páginas sean visibles sólo por parte de los internautas. Además, el w3c pone a disposición de quien lo desee un validador de código, que informa de los errores de estructura y de estilo que contiene una página web; errores que podrían dar lugar a problemas a la hora de ver la página web mediante navegadores determinados. Yo he intentado validar este blog, y he llegado a tener más de 800 errores. En fin, habrá que ir corrigiéndolos...